jueves, 28 de febrero de 2019

C7DUMM135


_ ¿Viaja sola?_ preguntó el empleado de la aerolínea.
Zoe asintió de mala gana y le alcanzó el pasaporte con el pasaje.
_¡Qué valiente! ¡Tenga un excelente viaje!.
No le gustaban para nada los servus. Le molestaba no darse cuenta cuando alguien era un servus y cuándo era un humano. Sabía que en esa aerolínea todos los empleados lo eran y eso le causaba un rechazo innegable.
No entendía cómo con todo lo que había estado pasando últimamente, lo del chico servus que quiso explotar una bomba en el colegio, no se tomaban los suficientes recaudos. Ella no había elegido la aerolínea. Ni siquiera había tenido la oportunidad de elegir el asiento. Viajaba por trabajo, a presentar un proyecto a unos potenciales clientes y en la compañía donde trabajaba le asignaron todo unas dos horas antes del vuelo. No había tenido tiempo de preparar el equipaje siquiera.
Subió al avión repasando mentalmente los puntos fuertes del proyecto que debía presentar. Su cadena de pensamientos se vio interrumpida cuando se dio cuenta que le había tocado el peor asiento de todos. 11H. Era en la columna derecha, pero adelante de todo de la clase turista. No tenía lugar para dejar su mochila debajo del asiento y no había ninguna azafata o comandante de abordo cerca para ayudar a guardarla en el maletero. Un señor mayor de la columna de enfrente se ofreció a ayudarla a ella y a las dos señoras de la misma fila que tenían el mismo problema.
_Uno pensaría que en una aerolínea tan tecnológica, tan moderna, con servus último modelo y todo, estarían en todos los detalles, pero no..._ dijo una de las señoras buscando complicidad en Zoe que se limitó a sonreír.
_¡Una vergüenza!_ agregó la otra pasajera indignada_ ¿Pero qué? ¿Todos son servus?
_Si, en esta empresa, todos_ añadió el señor mientras cerraba el maletero y observaba cómo en la parte delantera del avión, a una pareja de musulmanes en primera clase, ya les estaban ofreciendo diversas bebidas_ Por eso son tan baratos los pasajes. Es más barato comprar un servus que pagar sueldos a humanos_ agregó volviendo a su asiento.
_Gracias _ le sonrió la señora _¡Qué barbaridad! A mi no me genera confianza para nada, si hubiera sabido, no sacaba con esta compañía... bah, no lo saqué yo el pasaje, lo sacó mi hijo. Permiso querida_ le dijo a Zoe_ yo tengo la ventanilla.
A Zoe le había tocado el asiento del medio. Pensó en pedirle a sus compañeras de fila cambiarse, pero se dio cuenta que iba a ser difícil que cedieran y prefería no arriesgarse a involucrarse en la incipiente conversación que parecía que iba durar todas las horas del vuelo. Se acomodó en el asiento como pudo y antes de ponerse los auriculares (los propios, ya que los de las aerolíneas le causaban rechazo), le solicitó agua a la azafata. Se tomó un zolpidem. Ya no soportaba la situación de las dos viejas hablando entre sí con ella de por medio, quejándose de los servus, de la aerolínea y de todo. Si bien estaba de acuerdo con mucho de lo que decían, no quería llegar a destino alterada. Necesitaba descansar un poco, tenía que estar impecable en la presentación. Pocos minutos después del despegue, ya estaba durmiendo.
Se despertó algo mareada y confundida. Sentía unas vibraciones en el suelo y el avión se movía raro. "Estimados pasajeros, estamos atravesando un área de turbulencia, por favor mantengan la cama y quédense en sus asientos en posición recta y con los cinturones abrochados." Escuchó.
A Zoe le encantaba ver las caras del resto de los pasajeros en esas situaciones. Sentía que siempre exageraban. La señora que estaba del lado de la ventanilla miraba para afuera y mientras con la mano izquierda sostenía una medalla, con la derecha se persignaba una y otra vez. La que estaba del lado del pasillo, cerraba los ojos y agarraba con fuerza los apoyabrazos, clavando las uñas esculpidas en el plástico blanco. Zoe no decía nada. Le causaba un poco de gracia ver como la gente se asustaba.
Las turbulencias comenzaron a ser cada vez más intensas. Bajaron las máscaras de oxigeno. A Zoe la situación ya le había dejado de parecer graciosa. Mientras se colocaba la suya notó que las azafatas que momentos antes iban y venían con desesperación por los pasillos, ya no se veían. Se empezó a preguntar si el piloto también sería un servus si tal vez estaba viviendo un atentado terrorista de los servus hacia los humanos. En milésimas de segundos le pasaron por la cabeza miles de teorías conspirativas. El avión se inclinó repentinamente hacia adelante. El sonido era desgarrador. Muchos de los pasajeros gritaban o lloraban. Por los altoparlantes sólo atinaban a decir a los pasajeros que mantengan las cabezas bajas, y se preparen para el impacto. La pareja de musulmanes que estaba un par de asientos más adelante, en primera clase,  se tomaba de las manos. No dejaban de mirarse un segundo. Cantaban algo que Zoe no podia comprender. Una fila más atrás en los asientos del medio, había una familia con un bebe y dos nenes chiquitos. Mientras la mamá conteniendo su propio llanto, trataba de calmar a los nenes que no paraban de llorar, el papá intentaba contarles un cuento de superhéroes. La vieja de al lado de Zoe había perdido el conocimiento pero seguía sosteniendo la medalla. Estaban perdiendo altura rápidamente. La presión en los oídos ya no le permitía escuchar los gritos que eran cada vez más intensos. El control del avión se perdió por completo. El impacto fue abrumador. Una tormenta de humo invadió el avión.


Un hombre vestido con traje amarillo ingresa a lo que había sido un avión con cámaras de fotos y varias herramientas, entre ellas una radio que comienza a sonar y se la acerca a la boca apretando el botón del costado.
_Ingresando a la nave. Cambio_ informa mientras miraba el panorama general del avión que había quedado destruido. Corre con el pie una pila de restos irreconocibles, haciéndose lugar para pasar.
_¿Están todos desactivados? Cambio_ sale del aparato.
_Si, ninguno se mueve. La desactivación programada fue un éxito. Cambio.
_¿Hubo algún rebelde que no haya acatado las ordenes de las azafatas?. Cambio.
_No ninguno. ¿Cómo procedo?. Cambio
_Extraiga la experiencia vital de los C7DUMM135. Antes de que lleguen los peritos.
 El hombre se acerca con una pistola, y va disparando un halo de luz iridiscente sobre cada uno de los pasajeros y a las cabezas de los que habían quedado desarmados. Luego de finalizar el último, pregunta:
 _Experiencia de vuelo enviada correctamente. ¿Recepción ok? Cambio.
_Recibida perfectamente. Vuelva a la base. Cambio y fuera.

jueves, 21 de febrero de 2019

XQ1Z0


Aún no sé muy bien por qué lo hacía. Todos los chicos estaban entusiasmados con la idea y no quería quedar mal con ellos. Sabía que estaba mal sabotear la prueba de historia, pero también que para ellos era importante. Era la primera vez que me hablaban. Desde que llegué a la escuela hace dos años siempre se habían reído de mi, o los mejores días simplemente me ignoraban. Cuando Mateo y Pablo se acercaron en el recreo a contarme su idea y lo imprescindible que era para ellos que participe, por primera vez me sentí uno más.

Las nueve cuadras de casa al colegio duraron una eternidad. Nunca antes había percibido cómo la fachada de la panadería se estaba viniendo abajo. Las paredes estaban todas agrietadas y llenas de humedad. Nunca antes había notado que las cuadras del pueblo fueran tan largas y que a las baldosas rotas de la vereda les faltaban pedazos. Nunca antes había visto que hubiera tantos árboles secos y flores marchitas en los canteros. Nunca antes había notado que el monumento de la plaza fuera tan grande e imponente. Nunca antes había sentido tantas de salir corriendo, tantas ganas de llorar.
Respiré hondo y aceleré para cruzar la plaza mirando el suelo porque sentía la mirada acusadora de San Martin en la frente. Podía imaginar la cara de miedo la profesora Capielo. Ella no me había hecho nada. No me había hecho nada y yo... ya estaba en la puerta y no sabía qué hacer. La mochila se hacía más pesada con cada paso que daba.
Entré al aula  y todos se dieron vuelta a mirarme. Estaba cada uno en su banco. Todos me miraban y nadie decía nada. Hablaban entre ellos. Se reían. Pensé por un segundo que se habían olvidado de todo y me sentí aliviado. Pero no. Me llegó un Whatsapp de Mateo. "Es la hora. Espero que hayas traído todo porque nadie estudió nada. Hoy te convertís en Héroe". Por un lado sentí como realmente me tenían en cuenta, que les importaba... pero por otro lado tenía mucho miedo. No estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer. Quería volver el tiempo atrás y salir corriendo pero ya no podía. Ya estaba ahí y todos estaban esperando que lo haga.
Me senté en el fondo del aula y Pablo me pasó una botellita vacía de coca de seiscientos. Le puse tres centímetros de alcohol etílico. Todo abajo del banco para que nadie me vea. Cuando entró la profesora  partí en dos una pastilla de cloro de esas que se le ponen  a la pileta y  se la agregué a la botella. La cerré y de los nervios casi se me cae al piso. No lo había chequeado. No sabía a ciencia cierta cómo iba a explotar, pero había visto en internet que esa mezcla explotaba fuerte y no tardaba mucho. Estaba transpirando. Mateo y Pablo no paraban de mirarme y hacerme señas para que me apure.
Mientras la profe dejaba sus cosas en la silla, me levanté a tirarla al tacho de basura que estaba al lado de su escritorio. Me miró fijo. Me descubrió, pensé. Pero no. Me sonrió y comenzó a tomar lista. Volví rápido a mi asiento y eso lo último que recuerdo.

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Estimados Señor y Señora Arezzo:
Me dirijo a Ustedes en nombre del Svenska Institut para comunicarles que debido a los lamentables acontecimientos ocurridos en el día de la fecha, hemos decidido tomar medidas disciplinarias extremas y ejemplificadoras para con Federico. No deseamos en lo más mínimo que otros cómo él, lo tomen de referencia y lo imiten. Lo hemos aislado  e investigado los hechos, tratando de identificar la causa que ha generado que haya puesto en riesgo la vida de todos en el establecimiento.
Como principal medida preventiva hemos optado por mantenerlo en suspensión mientras se evalúa si el problema del modelo DD105 ha llegado a perjudicar su hardware o si, como se cree, se ha podido detectar a tiempo la infección generada por la nueva cepa del virus XQ1Z0 que produce una alteración programática causando exceso de sensibilidad, alteraciones de la personalidad asignada, alucinaciones y pérdida del contacto con la realidad. Si tal es el caso, durante un sencillo proceso que demorará aproximadamente dos horas se evaluará el daño causado y se procederá a una reprogramación. Se borrarán de su memoria todos los archivos relacionados a los hechos del día y es probable que durante el mismo inevitablemente se supriman archivos de la memoria reciente. En caso de haberse visto afectada también alguna pieza de su hardware, dependiendo de la gravedad del diagnóstico se reemplazarán las piezas dañadas o se los contactará nuevamente. Es importante que sepan que luego del proceso de reinstalación del sistema operativo, tendrá algunos problemas leves de motricidad fina que irán mejorando paulatinamente con el uso.
Una vez finalizado el proceso será enviado en uno de nuestros transportes a su domicilio donde se recomienda realizar una carga completa de baterías durante la primer noche antes de volverlo a encender y realizar reposo estricto los primeros dos días luego de la reprogramación. Es extremadamente importante que no se le mencione nada con respecto al incidente y que durante el lapso de al menos una semana no vea a nadie relacionado con el mismo.
Se solicita que tengan la gentileza de responder este e-mail a la mayor brevedad posible a modo de consentimiento para poder comenzar con la restauración.

Saluda a Uds. Atte.
Henrik Söderstrom
SVENSKA Institut

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Un sonido ensordecedor me aturde. Escucho gritos y voces pero no entiendo lo que dicen, es como un murmullo incomprensible. De repente, silencio. No veo nada. Intento abrir los ojos y no lo logro. Quiero hablar, gritar, preguntar, pero no me puedo mover. No siento el cuerpo. Estoy acostado, o eso creo. No tengo idea donde estoy ni que me está pasando. No puedo distinguir cuanto tiempo pasa en silencio hasta que comienzo a escuchar unas voces. Trato de comprender lo que dicen. Hablan de códigos y cosas que no logro entender. Siento las voces cada vez más lejanas hasta disiparse por completo. Me duele la cabeza. No puedo pensar con claridad. Estoy cansado y siento mucho sueño.
El ruido de una puerta que se abre me despierta. La cara de una señora se asoma detrás. Entra silenciosamente al cuarto de paredes celestes, se acerca y me abraza. Trato de soltarme pero no tengo fuerza. Se sienta sobre el acolchado de Spiderman y me explica que estoy muy enfermo, que tengo un virus y que por unas semanas no voy a ir a la escuela. Me abraza nuevamente sollozando y me dice que va a estar todo bien. No entiendo que le pasa. Entra un señor que también se sienta en la cama, abraza a la señora y me revuelve el pelo. El cuarto está lleno de fotos mías con ellos que no recuerdo haberme sacado. Quiero llorar porque no sé donde estoy ni se quienes son estas personas. Pero en lugar de eso, sonrío y los abrazo. Tengo miedo.

jueves, 14 de febrero de 2019

Adiós



Miradas vacías, semblantes ausentes.
Mustia despedida,
abrazo interminable.

Lacera las entrañas la palabra dicha.
Asfixia y agobia.
Lágrimas que caen.

El triste destino del tren que se aleja.
El alma se agrieta,
dolor inmensurable.

Se pierde el saludo, el tren desaparece.
Vuelan a mi mente
recuerdos fugaces.

Volver a la casa colmada de ausencia.
Donde siempre estabas,
ahora no hay nadie.




miércoles, 13 de febrero de 2019

Cómo recorrer el universo

Apretás un botón. Cerrás los ojos. Sentís que vas subiendo. Caés. Volás. Flotás en el aire. No tenés peso. Caés un poco más. Te invade una ira inexplicable. Querés romper todo. Llorás. Sentís paz. Sos feliz. Estas en tu cama. Mirando el techo. Terminó el disco. Repeat.