Miradas vacías, semblantes ausentes.
Mustia despedida,
abrazo interminable.
Lacera las entrañas la palabra dicha.
Asfixia y agobia.
Lágrimas que caen.
El triste destino del tren que se aleja.
El alma se agrieta,
dolor inmensurable.
Se pierde el saludo, el tren desaparece.
Vuelan a mi mente
recuerdos fugaces.
Volver a la casa colmada de ausencia.
Donde siempre estabas,
ahora no hay nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario